«Te extraño, mamá»: conmovedora historia del niño que cultiva flores para llevarlas a la tumba de su madre

¿Quién llevó todas las flores que un día encontró en la tumba de su madre?
«Te extraño, mamá»: conmovedora historia del niño que cultiva flores para llevarlas a la tumba de su madre

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 31 enero, 2023

Cada día, el niño huérfano cuida el jardín donde planta las flores más lindas, esas que le encantaban a su madre. Sin duda, una historia enternecedora que logrará mover cada fibra del corazón a cualquiera que la conozca.

¿Te animas a descubrirla hasta el final?

El niño huérfano que cultivaba las más preciosas flores

Liam perdió a su madre siendo niño. La recordaba mirando el jardín y cuidando sus flores de la forma más dedicada. Era el sitio favorito de su madre; por ello, siempre que podía pasaba tiempo allí.

«Te extraño, mamá», sollozó. «Lamento no haber estado contigo ni haberte ayudado con el jardín».

Mientras decía estas palabras, una voz dulce se le acercó para preguntarle qué le sucedía. Era su abuela.

El niño le contó cuánto extrañaba a su madre y el lindo sentimiento que ella tenía por ese jardín que ahora tenía un aire triste, opaco y las flores ya no crecían como antes. Liam quería hacer a su mamá feliz.

¿Será feliz si planto flores como lo hacía ella?

Su abuela emocionada, le recordó cuán orgullosa se sentía su madre de él y coincidía en cuánto amor le tenía a las plantas que cuidaba. Fue así que, al poco tiempo, las flores empezaron a crecer más vigorosas y con los colores más brillantes, así como nuevas flores fueron plantadas en el lugar.

Sí, Liam se había puesto manos a la obra con la ayuda de su abuela. Él estaba decidido a intentar recuperar la belleza que tenía ese lugar cuando su madre las cuidaba. Por ello, plantaron nuevas rosas y caléndulas que embellecieron de nuevo el gran jardín.

Un momento muy doloroso para Liam y la familia

Cynthia, mamá de Liam, fue diagnosticada con cáncer. Lo que agudizó aun más su situación, tenía que ver con que lo detectaron muy avanzado. Fue así que su cuerpo perdió mucha fuerza y dejó de hacerse cargo del jardín, pero también le fue más difícil cuidar de su pequeño.

Dorothy, mamá de Cynthia y abuela de Liam, fue quien se encargó de él desde ese momento, aunque siempre había estado muy cerca de su nieto. Para los dos, la pérdida de Cynthia fue un momento realmente devastador.

Liam solía pensar con frecuencia que debió haber estado más tiempo con su madre. Se arrepentía constantemente por no ayudarla con el jardín que tanto le inspiraba y haber compartido ese mágico espacio con ella.

Así, para compensar su corazón con aquel sentimiento, Liam empezó a trabajar en el jardín todos los días como lo hacía su madre. Desterró las plantas marchitas para poner semillas nuevas, las regó cada día e investigó todo sobre el mundo de la jardinería. Solo así lograría recuperar aquel lugar como en sus mejores días.

El jardín se convirtió en el refugio de Liam; sentía allí la presencia de su madre y en aquellas jornadas en las que la ausencia se hacía más profunda, era como tener su lugar de consuelo y un abrazo directo al corazón.

Un acto inolvidable

Pronto las plantas empezaron a crecer; Liam estaba emocionado. Sin embargo, su abuela le advirtió que las flores se marchitarían pronto, que podría regalarlas o venderlas si prefería. Pero la idea que se le ocurrió después respondió directamente a la duda sobre qué hacer con ellas.

Más pronto de lo que pensó su abuela, Liam cortó todas las flores e hizo unos ramos preciosos con ellas. Luego se fue caminando por el pueblo y empezó a regalar los ramos a cada mujer que se encontraba en el camino. Todas ellas los recibían emocionadas y profundamente agradecidas.

Guardó un ramo para su madre y cuando se disponía a dejarlo allí, se encontró con algo muy especial. En la tumba de su madre vio más de 50 ramos distintos y adornados con distintos tipos de flores. ¿Quién las habría llevado? Fue lo único que pensó, pero no encontraba respuesta.

Su respuesta la encontraría en una hoja de papel que había en uno de los ramos. Esto era lo que decía:

Querido Liam,