Descubre a qué edad empezamos a tener recuerdos, según un curioso experimento
Cómo funciona la memoria es todo un universo de curiosidades y ciencia, en últimas un misterio realmente fascinante que sigue capturando la atención de expertos en el tema, entre ellos científicos y psicólogos a lo largo de la historia. En ello, un enigma sin resolver, al menos hasta ahora en apariencia, sería el del momento exacto en el que empezamos a tener recuerdos duraderos.
Si quieres saber más sobre cómo funciona tu memoria y los resultados de este curioso experimento, quédate hasta el final.
¿Cuándo empezamos a almacenar recuerdos que duran en el tiempo?
Sin duda, gran parte de la población ha experimentado recuerdos fugaces, cortos y a medias de los primeros años de la vida. Se trata de una serie de eventos que aparecen en la nebulosa de la infancia. Sin embargo, ¿tenemos certeza a qué edad pertenecen? ¿Sabemos cuándo realmente empezó a guardarse una imagen en la memoria?
Aquí la respuesta no es tan sencilla, sobre todo si tenemos en cuenta que puede variar en función de la persona y sus experiencias. Hay quienes pueden recordar fragmentos de su vida incluso antes de haber cumplido los primeros tres años, aunque esto es poco frecuente, especialmente porque en esta etapa lo que predomina se conoce como “amnesia infantil”, lo que se refiere a la incapacidad de recordar eventos para el adulto antes de haber llegado a esa edad.
Entonces, ¿cómo funcionan los recuerdos y qué se encontró en el estudio?
La gran mayoría de las veces lo que creemos que recordamos de la infancia no es precisamente una representación exacta de la realidad. Es decir, pueden no ser recuerdos exactos, sino una especie de reconstrucciones que nuestra mente recrea y que se construyen a lo largo del tiempo. Con frecuencia estas creaciones son influenciadas por narraciones de personas cercanas a nosotros, como nuestros padres.
En un esfuerzo por comprender cómo los niños forman recuerdos en sus primeros años de vida, la investigadora Fiona Jack con un equipo de expertos desde la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, inició un proyecto que tenía este objetivo en el año 2011 y que fue publicado en la revista “Child Development”.
Para empezar, la investigadora diseñó una investigación a la que llamó “Caja mágica encogedora”. Para ponerla en marcha, reunió a 46 niños entre los 27 y los 51 meses de edad.
La actividad posterior consistía en que los niños interactuaran con la caja que hacía desaparecer un juguete para luego poner otro más pequeño con efectos sonoros y visuales. Durante dos días los pequeños aprendieron cómo usar la máquina y acto seguido pasaron a una entrevista en la que se revisaría si en efecto comprendían su funcionamiento. Al finalizar les entregaron una medalla.
Seis años después, cuando los niños ahora tenían entre 10 y 12 años, los investigadores volvieron a contactarlos y les hicieron entrega de una medalla muy similar a la que recibieron inicialmente. Luego de esto se les preguntó si recordaban la actividad. Los expertos encontraron que solo la quinta parte de los niños recordaba el ejercicio y entre ellos, dos tenían menos de tres años cuando realizaron el primer experimento.
Sin embargo, lo más sorprendente del caso es que todos los niños, durante días posteriores a la actividad, estuvieron hablando continuamente sobre la experiencia con la caja, recordando así el evento. Este hallazgo sugiere que la comunicación puede incidir significativamente en el desarrollo temprano de la memoria.
Por ahora, los asuntos de la memoria siguen siendo un campo de investigación y descubrimiento para la comunidad científica, pero no todos los secretos han salido a la luz.