La triste historia del pequeño que murió abrazando a su perro tras un incendio en Hawái

Ahora, la familia espera la orden para darle a Kenyero un descanso digno.
La triste historia del pequeño que murió abrazando a su perro tras un incendio en Hawái

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 01 septiembre, 2023

En medio de una de las más grandes bellezas paradisíacas del mundo, en Hawái, tuvo lugar una tragedia desgarradora que dejó una imagen verdaderamente inolvidable al mundo, la de un niño que murió abrazando a su perro. 

Quédate hasta el final para conocer el conmovedor adiós de dos víctimas de una tragedia. 

Dos seres que se encontraron en medio del miedo y la desesperación 

La comunidad Lahaina vivió un infierno cuando el 8 de agosto un despiadado incendio forestal arrasó Maui, cobrando una gran cantidad de víctimas a su paso. Un par de ellas protagonizan una historia estremecedora, se trata de Kenyero Fuentes, de apenas catorce años. 

Las autoridades encontraron su cuerpo abrazando a su perro en medio de los escombros calcinados de lo que se supone era su hogar. La escena fue devastadora, especialmente para su madre, Luz Vargas, de 45 años, quien vivió una pesadilla. Esperaban compartir con él su cumpleaños número 15 el 20 de agosto, pero esto no fue posible. 

Luz es la madre adoptiva de Kenyero, quien nunca perdió la esperanza de encontrar al pequeño tras haber iniciado toda una búsqueda junto a su esposo y su hijo mayor. Juntos fueron a cuanto lugar les era posible, desde hospitales, hasta refugios, entre ellos ‘Beach Park’, sede en la que las autoridades estaban reuniendo a todos los afectados por el incendio. Aun así, su búsqueda no entregaba resultados. 

¿En dónde podía estar Kenyero?

Las posibilidades no eran muchas y, sin embargo, había un lugar al que no se habían acercado temiendo las llamas devastadoras que azotaban, se trataba de su hogar. Sin encontrar respuestas en otros lugares, el día del fatídico incendio corrieron hacia su hogar mientras los demás huían y desafiaron las órdenes de evacuación. 

“Todos estaban huyendo de las llamas, pero nosotros estábamos corriendo hacia ellas. Los tres nos separamos a pie para que al menos uno pudiera llegar a la casa, porque pensábamos que el niño estaba durmiendo”, aseguró Vargas en una entrevista con ‘NPR’.

Sin embargo, cuando finalmente llegaron a su hogar, las autoridades que se habían ocupado de la seguridad no les permitieron el paso. Mencionaron que todas las personas ya habían sido evacuadas del lugar, de manera que la familia Vargas se quedó con la intención de ir hacia allí y se sumergió en una nueva angustia por no saber del paradero del joven. Ante esto, les sugirieron buscar lejos del lugar. 

Un reencuentro doloroso 

El 10 de agosto la familia al fin pudo regresar a su hogar, o al menos a lo que quedaba de él. Sin embargo, además de encontrar las ruinas provocadas por las llamas, se dirigieron a la habitación del joven y la imagen los dejó sin palabras: en medio de las cenizas, encontraron el cuerpo de Kenyero abrazando a su perro. 

“Pensé que solo sería cenizas… polvo, pero no fue así. Todos los muebles de la habitación estaban destruidos, pero mi niño y el perro estaban juntos, abrazados”, expresó la madre.

Como el último acto de amor que podían hacer por su hijo, el padre y el hermano de Kenyero llevaron su cuerpo a la comisaría. Allí lo registraron como víctima del incendio, retirándolo de la lista de “desaparecidos” donde estaba por no saber de su destino. Ahora, la familia espera la orden para darle a Kenyero un descanso digno.

La historia de Kenyero es un recordatorio conmovedor de la fuerza del vínculo que puede existir entre un niño y un perro, aun en los momentos más oscuros. Sus vidas se consumieron en las llamas, pero en la memoria de todos los que los conocieron queda la huella más pura de amor y valentía.