¿Por qué los abrazos son más efectivos para educar que los castigos?

Un abrazo no valida su comportamiento negativo, sino que envía una lección que va mucho más allá
¿Por qué los abrazos son más efectivos para educar que los castigos?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 24 agosto, 2023

Entre una gran variedad de herramientas e instrumentos que tienen como fin apoyar a los padres con la educación de sus hijos, encontramos un gesto aparentemente simple que se posiciona como una de las claves más poderosas: el abrazo. Su acción es poderosamente valiosa para educar. 

¿Quieres saber por qué? Sigue leyendo, porque aquí te lo contamos todo: 

El poder transformador que solo tienen los abrazos 

Más allá de ser un acto afectivo, el abrazo se ha visto como una herramienta sumamente poderosa para educar a los niños. Tanto es así que incluso es más efectiva y significativa que los castigos tradicionales y que se han cuestionado intensamente en esta época. Esta es una forma de educar con base en un sentido empático. 

Entonces, ¿cómo funciona? Veamos aquí algunas claves:

Cuando se superpone el mal comportamiento 

En el momento en el que un niño expone un comportamiento desafiante, lo que en realidad vemos es solo la punta del iceberg. Detrás de una conducta rebelde y negativa se alojan emociones complejas que pueden no comprenderse del todo. 

Justo aquí ingresa la guía empática de un adulto. En lugar de ir a los castigos, es necesario abordar esta acción desde una perspectiva emocional. Si castigamos, lo que hacemos es ignorar las emociones sin ofrecerle una ayuda a la lucha interna del niño. 

La expresión emocional es fundamental 

Expresar las emociones requiere de una guía por parte de los adultos, esto será clave para su desarrollo emocional. Sin embargo, para lograrlo es necesario adquirir la habilidad de identificar y así comunicar lo que sienten. Solo de esta forma pueden empoderarse de las emociones que tienen de forma saludable. 

Si un niño puede relacionar lo que experimenta con lo que siente, es capaz de enfrentar sus emociones y empezar a gestionarlas. 

Un castigo no es una forma de educar 

Algo que necesitamos saber es que los castigos tradicionales, aunque parecen una forma rápida de detener una conducta problemática, están lejos de educar. Estos solo refuerzan la distancia entre padres e hijos y además, fomentan el miedo y la inseguridad. 

Los gritos y las sanciones alimentan los obstáculos para tener una comunicación abierta en la crianza. Y si bien los niños detienen la conducta durante un momento, no podrán interiorizar las lecciones más valiosas que les servirán para el resto de su vida. Solo verán en las agresiones una forma viable de expresión. 

¿Por qué abrazar para educar?

Un abrazo no valida su comportamiento negativo, sino que envía una lección que va mucho más allá y le transmite al niño que no está solo en su proceso. A través de un abrazo se pueden decir muchas cosas y expresar la comprensión, el amor y el apoyo incondicional, elementos cruciales para la formación de cualquier ser humano. 

Abrazar en un momento de dificultad permite aliviar el estrés, tener una conexión emocional y estimular la confianza. Se debe tener en cuenta que el consentimiento es fundamental, pues si un niño no quiere ser abrazado se debe respetar su elección y en su lugar podemos ofrecer presencia y compañía. 

Un abrazo en lugar de un castigo construye emocionalmente. Para los padres y niños esta es una valiosa herramienta, pero sobre todo el mejor de los regalos para crear lazos profundos, duraderos y saludables.