Conoce las razones por las que tus hijos mayores no deberían cuidar a sus hermanos menores
Después de que un niño crece y gana madurez, muchos padres suelen dejarlos a cargo de sus hermanos pequeños en múltiples ocasiones. Esto, debido a que necesitan atender situaciones externas y no tienen los recursos suficientes para pagar una niñera.
De esa manera, hasta cierto punto, la decisión es positiva. Permite que los hijos mayores adquieran un buen grado de responsabilidad y estén dispuestos a ayudar a su familia.
Sin embargo, al excederse se le pueden causar varios problemas. En este artículo te contamos cuáles son los riesgos para que los tengas muy en cuenta y evites las consecuencias negativas.
1. Los hijos mayores no son profesionales para realizar ese oficio
Por más que los niños ya estén grandes, es una realidad que nunca fueron entrenados para atender las necesidades de otra persona a una edad tan corta. De ese modo, aunque les expliquen, pueden no saber cómo alimentar a sus hermanos de una manera correcta o controlar una pataleta.
En ese orden de ideas, es posible que los invada un grado considerable de estrés al ver que las cosas no están saliendo bien y su salud emocional se vea perjudicada. Por ende, lo más recomendable es que solo se les asignen tareas simples, como leerles un cuento o proponerles juegos.
2. Se obstaculiza su infancia
Sin importar la edad, es fundamental que los niños tengan espacios libres para jugar, explorar, interactuar con seres de su misma edad y hacer lo que más les gusta. Esas actividades fortalecen su desarrollo y los ayudan a sentirse plenos.
No obstante, si los padres los ponen a cuidar a su hermano en todo momento, les imposibilitan que las realicen. De esa manera, les pueden impedir vivir al máximo esa etapa tan trascendental.
3. La relación entre los 2 hermanos puede ponerse tensa
Cuando los hijos siempre son obligados a quedarse a cargo de los más pequeños de la casa, pueden desarrollar muchos sentimientos negativos hacia ellos. Los ven como a los culpables de que no tengan tiempo para sí mismos ni posibilidades de disfrutar de sus aficiones.
Así mismo, los menores pueden interpretar que sus consanguíneos mayores son unas figura de autoridad que toman determinaciones que a ellos no les gustan. En consecuencia, los desafían. Lo más probable es que se produzcan enfrentamientos que deterioren cada vez más el vínculo afectivo.
4. Se le pone una presión inadecuada a los hijos mayores
En el instante en el que a los niños se les asignan muchas responsabilidades relacionadas con sus hermanos menores, es posible que empiecen a verlos como una carga. Ocupan gran parte de su tiempo y no los dejan concentrarse en otros aspectos.
Así mismo, es cierto que si ocurre algún accidente, los retoños encargados se pueden sentir culpables de lo ocurrido y llenarse de angustia. Por lo mismo, es imprescindible poner límites aquí, ya que los hijos nunca deben sentirse como un padre más.
Aspectos que se deben tener en cuenta
De acuerdo a la información anterior, es importante dejar en claro que los hermanos mayores pueden participar en el cuidado de los menores, pero no es favorable que todo el compromiso caiga en sus manos. Es posible pedirles ayuda, sin embargo, mientras eso ocurre, uno de los adultos tiene que estar presente para transmitir que él es el responsable de todo.
Previo a que un niño comience a cuidar a uno más pequeño, es crucial aclararle que él no será el culpable de nada. Esto, para evitar que se sienta agobiado o crea que su hermano es el causante de sus regaños.
También es necesario tener en cuenta que, en caso de necesitar de la ayuda de un hijo mayor, hay que destinarle tareas a corto plazo. El objetivo es prevenir que piense que no tendrá tiempo para gozar como él anhela.
Para finalizar, es vital que, en aquellos momentos en los que los niños estén jugando, jamás se les pida que comiencen a cuidar a sus hermanos. De lo contrario, se llenarán de frustración y la relación terminará mal.
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