Maneras en que un padre puede criar hijas fuertes

Los padres tienen un rol importante al momento de fortalecer la confianza y la autoestima de sus niñas. Descubre por qué.

Los padres son los superhéroes de sus hijas. Les hacen sentir un amor incondicional, les transmiten toda la seguridad que necesitan y les demuestran que a lo largo de la vida estarán dispuestos a apoyarlas.

De esa manera, siempre serán uno de sus ejemplos a seguir y, por lo tanto, deben ser los encargados de enseñarles a ser fuertes y seguras de sí mismas. Debido a ello, en este artículo te vamos a compartir 4 acciones que son fundamentales para conseguirlo.

¿Quieres conocerlas? Continúa leyendo hasta el final para que no te pierdas ningún detalle y las tengas en cuenta desde hoy.

1. Ayudar con los oficios de la casa, un hábito imprescindible para criar hijas fuertes

Una de las realidades más preocupantes es que, aún en la actualidad, muchos hombres siguen creyendo que las labores del hogar solo les corresponden a las mujeres. A raíz de esa situación, depositan en ellas toda la responsabilidad, sin importar que tengan que hacerlas después de llegar cansadas de trabajar.

En consecuencia, las niñas que son testigos de ese actuar, piensan que les toca adaptarse a ese ritmo tan estresante. Por tal razón, al momento de elegir a su esposo, pasan por alto el hecho de analizar si él posee esas mismas percepciones.

Sin embargo, los padres tienen la fórmula ideal para evitar ese desenlace. Si les demuestran a sus pequeñas que ellos también pueden contribuir y esa conducta no afecta su masculinidad, les aclaran las características que deben buscar en una pareja.

De ese modo, no solo protegen su bienestar, sino que garantizan que ellas se sientan libres y respetadas a lo largo de toda su existencia.

2. Tratar con respeto a todas las mujeres

Tras ver a los padres, las niñas se hacen una idea de cómo deben ser los hombres que interactúen con ellas a lo largo de vida. Por consiguiente, es fundamental que siempre se les hable con cordialidad a las mujeres que estén alrededor y se actúe con valores.

Así mismo, que se conserve la tolerancia y el diálogo tranquilo cuando se esté en desacuerdo. De lo contrario, ante cualquier muestra de irrespeto, las hijas pueden llegar a pensar que eso está permitido.

Se dejarán tratar igual en el futuro, no pondrán ningún tipo de límites y, por lo mismo, abrirán las puertas para que su bienestar emocional se vea perjudicado. Entonces, perderán la fortaleza que es tan importante que las caracterice.

3. Darte la oportunidad de ser tú mismo, vital para criar hijas fuertes

En el instante en el que una niña se da cuenta de que su padre construye su identidad y no solo hace lo que le dicen los demás, también se interesa en descubrir sus habilidades personales y comenzar a amarlas. En ese orden de ideas, desarrolla una autoestima sana y se convence de que puede con todo.

Además, se llena de la confianza que necesita para afrontar los retos que se le presentan y perseguir sus sueños. De esa manera, se forja su camino y se brinda la posibilidad de sentirse orgullosa de sí misma.

Adicional a esto, aprende a entender que cada persona tiene su propio proyecto de vida y que no se debe permitir que nadie quiera manipularlo ni frenarlo a la fuerza.

4. Llenarla de elogios

Otra de las tareas prioritarias de los padres es hacerles sentir a sus niñas que son hermosas y que cuentan con múltiples virtudes. Ese accionar es el que les permite quererse tal y como son.

A raíz de esa situación, tendrán el coraje suficiente para no dejarse hacer daño por ningún comentario malintencionado. Así mismo, para tener claro que ellas no solo son increíbles por sus atributos exteriores, sino también por todas las cualidades internas que han podido desarrollar a lo largo de los años.

Reflexión final

El rol de los padres es uno de los más trascendentales. De ellos depende que sus hijas conozcan todas las herramientas que se requieren para salir adelante y así tengan un carácter que les permita proteger su dignidad.

Es crucial que lo asuman con responsabilidad para que aporten lo suficiente y no hagan sentir a sus pequeñas a la deriva.