Conoce la enternecedora historia de un niño que cuida a una abuela y ella recompensa su corazón

Nadie imaginó que 9 años después, su vida iba a cambiar tanto gracias a la bondad de su corazón. Una historia de amistad y recompensa.
Conoce la enternecedora historia de un niño que cuida a una abuela y ella recompensa su corazón

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 31 enero, 2023

La petición inocente que le hizo un día su mejor amiga, se convirtió en un compromiso de vida cuando tan solo era un niño, pero continuó por años. Esta historia está hecha para tocar corazones

¿Quieres saber de qué se trata? Quédate hasta el final. 

Sergio: la infancia del protagonista de esta historia

Aunque pareciera que cada vez sucede menos, Sergio fue uno de esos niños privilegiados que pudo disfrutar de una amistad que fue cómplice en su crecimiento. Contaba con la compañía de Caterine, una niña de su edad con la que empezó a descubrir el mundo. Pero un día todo cambió. 

Cuando cumplieron 13 años, Sergio encontró a Caterine llorando, razón por la que le pidió que le contara qué le sucedía. De verdad le preocupaba.

Entre lágrimas, ella le comentó que se mudaría. Sergio y Caterine crecieron muy cerca, vivían en la misma calle desde su nacimiento y hasta entonces, no se habían separado jamás. 

Aunque Sergio estaba profundamente dolido con la noticia, mostró fuerza y, con tranquilidad, le aseguró a su amiga que no tenía de qué preocuparse; estarían en contacto a través de todos los canales que les fuera posible y la visitaría. Sin embargo, la razón de las lágrimas de Caterine no se debía precisamente a eso, sino que su dolor era otro. 

«Estoy llorando porque no llevaremos a mi abuela», le expresó su amiga a Sergio. 

Con gran sorpresa, el pequeño no entendía por qué debían dejarla sola, si bien vivía a un par de cuadras. No deberían tener problemas para llevarla. Caterine le mencionó que la abuela se negaba a abandonar su casa, no quería irse de allí y, en definitiva, no iba a hacerlo. 

La niña realmente estaba preocupada por su abuela. Sabía que se iba a quedar sola y no habría nadie que la quisiera y que velara por ella. Pero en un momento, la perspectiva de Caterine cambió. Sergio con firmeza le dijo: «¿Sabes qué? Yo cuidaré de ella».

La decisión del niño logró calmar poco a poco el llanto de Caterine. En especial, cuando le prometió que su abuela no estaría sola jamás. 

Una verdadera promesa

Esta es una historia que narra una verdadera promesa de vida. Aunque pasaron los años, Sergio mantuvo su palabra.

Cada día iba a visitar a la abuela de Caterine, que lo conocía muy bien y siempre lo recibía con los brazos abiertos. Para él fue un regalo también, pues no tenía abuelos, por lo que la compañía del uno a otro fue realmente significativa. 

La amistad entre Sergio y Caterine también siguió viva. Se enviaban mensajes constantemente o hablaban por videollamada. Estaban felices porque planeaban ir a la misma universidad, pero para él, los planes cambiaron, debido a que su familia enfrentaba problemas económicos. 

La pérdida del trabajo de su padre obligó a Sergio a asumir responsabilidades. Se quedó estudiando en una universidad local para no generar mayores gastos. Frente a los problemas que surgían en casa, jamás dejó de visitar a la abuela de Caterine, pues requería más ayuda con el paso del tiempo. 

Con dificultad asumió un nuevo trabajo que exigía la mayor parte de su tiempo, pero tenía muy en claro su promesa. Lo habló con ella y pudo sentirse más aliviado, aunque en realidad su cuidado era un pendiente diario que había cumplido hasta el momento de manera ininterrumpida. 

En el trabajo, Sergio tuvo que estar ausente por completo durante dos semanas de capacitación que parecían prometerle un ascenso; sería el tiempo máximo que estaría lejos de ella. Sin embargo, cuando regresó, la casa estaba vacía. 

«¡María Clara! ¡María Clara! ¿Dónde estás?», gritaba Sergio. 

Al no encontrarla en ninguna de las habitaciones de la casa y cerciorándose de que no estaba en ninguno de los rincones, Sergio estaba decidido a comunicarse con la policía, pero una nota en la cocina mitigó su búsqueda.

Querido Sergio,

La nota de la abuela lo dejó desconcertado. Sergio llamó a su amiga y ella, feliz, le confirmó todo.

Pronto se mudó con su familia a la nueva propiedad fruto de la bondad compartida con la anciana y todo en casa mejoró. Obtuvo el ascenso, vendió la antigua casa y hasta logró mudarse solo. Todos sus sueños cumplidos, como siempre lo había querido.