Hermanos deciden perder el apellido de su padre por falta de apoyo
¿Cuál es el valor de un apellido? A lo largo de la historia, esta parte de nuestro nombre ha adoptado distintas connotaciones, ligadas principalmente al origen. Pero ¿qué sucede cuando no nos identifica?
Quitarse el apellido de su padre fue una decisión significativa que marcó la vida de estos hermanitos y aquí te contaremos por qué.
¿Por qué quitarse el apellido de su padre?
Como adelantamos, el apellido está ligado al origen. Con frecuencia, el primer apellido que se usa es el del padre, sin embargo, este en muchos casos se utiliza aun cuando su figura no está presente físicamente en el hogar.
Tristemente, el abandono de la familia, en particular el de los padres, es un caso que se repite con frecuencia en nuestra sociedad. Sucede en diversas circunstancias; hay quienes se despiden, quienes desaparecen, quienes permanecen en contacto y los que se desentienden de forma física, emocional y económica.
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Así las cosas, es la madre quien, en la mayoría de los casos y sin apoyo de nadie, saca adelante a sus hijos. Algunas vuelven a enamorarse y se casan, mientras que otras no. Aun así, sus hijos pueden seguir llevando el apellido de su padre.
“Mi padre nunca se involucró en cuidarnos o en aportar dinero para el pago de alimentos, educación y vivienda.” —Mencionó uno de los hermanos.
Entonces, ¿por qué quitarse el apellido? El corazón de un hijo que no creció con su padre no se identifica con el apellido asignado. Quiere llevar con orgullo el apellido de la mujer que le dio el sustento y fue su figura, quien estuvo allí en todo momento: su madre. Esta es la razón por la que muchos deciden quitarse el apellido paterno.
Un sueño cumplido para estos hermanos
El particular caso tuvo lugar en el Estado de México. Allí el procedimiento se realizó bajo el argumento de un padre ausente que jamás estuvo involucrado en su crecimiento. Fue así que, bajo las leyes internacionales, se pudo modificar el acta de nacimiento y, con ello, retirar el apellido de su padre.
Contra todo pronóstico, debido a la singularidad del caso y las largas demoras que suelen tener este tipo de procedimientos, el Poder Judicial del Estado de México, a través de un juicio, dictó sentencia para permitir el cambio de apellido.
El procedimiento pudo efectuarse asumiendo el derecho fundamental del nombre en cuestiones de personalidad y estrechamente relacionado con la identidad del ser humano. La jueza aceptó la solicitud y hoy, con mucho orgullo, estos dos hermanos llevan los apellidos de su madre.
